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La productividad no necesariamente mejora la vida de las personas
Detrás de todos los avances que nuestra vida rodeada y basada en la tecnología ha experimentado, podemos ver cómo esta ha permitido un cambio en la calidad de vida en nuestra sociedad. Esto ha favorecido lo que conlleva vivir en el siglo XXI, haciéndola mucho más beneficiosa. En paralelo, existe una realidad diferente que afecta la vida de miles de personas. Lo anterior, se refiere al tema ambiental, específicamente, a la extracción de materias primas que impacta directamente en el ámbito, social, de salud y ambiental. En Chile, específicamente la región de Antofagasta, se vive una problemática que impacta a la comunidad. El medio ambiente ha sufrido escasez de agua para la población y la gran minería del cobre; sumado a lo anterior, surgen los acopios de plomos que se acoplan al aire libre en los patios ferroviarios del FCAB (Ferrocarril de Antofagasta a Bolivia).
En 1986, las comunidades ubicadas al oeste del Patio Norte FCAB y frente a los acopios de plomo, la población Desvío Norte (propiedad del ferrocarril), la población Norte y población Bellavista realizaron los primeros reclamos. Principalmente, apuntaban a la contaminación y a los ruidos molestos que generaba la determinación del FCAB de convertir el patio ferroviario en un centro de almacenamiento de minerales. De acuerdo a lo señalado por los vecinos, el fuerte ruido proveniente de las zonas de depósitos correspondía a la enorme cantidad de nuevos minerales que estaban llegando al patio a altas horas de la noche, debido al uso de maquinarias pesadas para su almacenamiento y despacho en el lugar. (Repositorio Universidad de Chile, 2003)
Más tarde en el mismo año, Luis Alfonso Ulloa, delegado regional del Instituto de Ecología de Chile, denunció a través de la prensa el problema del acopio y del traslado de concentrados, actividades que se realizaban al aire libre y durante la noche. Según Ulloa, se estaba “vulnerando el derecho a la tranquilidad y a respirar aire puro en sectores poblacionales adyacentes a terrenos ferroviarios, debido a faenas de descarga y acopio de minerales, concentrado de cobre y contenedores metálicos, los que eran cargados en camiones para su traslado al Puerto y posterior embarque”. (Repositorio Universidad de Chile, 2003)
En 1997 un grupo de funcionarios del Colegio médico de Chile realizaron un estudio en el cual se demostró que había intoxicación por plomo en menores de edad de la zona. Esto desencadenó que en 1998 el centro de acopio fuera retirado de la ciudad y trasladado a Portezuelo. Sin embargo, en el 2006, se denunció restos de contaminación en las calles de Antofagasta por plomo, lo que se denominó “la ruta del plomo”, debido a que esto era causa del traslado del plomo hacia el nuevo centro. En 2010 se logró que fuese aplicada una nueva norma para su traslado, pero no incluyó el concentrado de Zinc, que también contiene plomo. En 2014, la contaminación alrededor del puerto resultó ser de 4 a 10 veces más que en 2006 en Plomo, Zinc y Arsénico y otros metales pesados. El 2015, el Colegio Médico de Chile realizó unas muestras de sangre y de pelo a niños que demostraron estar contaminados con estos compuestos. (Vida médica, 2018)
La población comenzó a hacer protestas en contra las empresas para proceder con multas a las empresas mineras. En 2018, el Colegio Médico presentó un recurso de reclamación ante el primer Tribunal Ambiental de Antofagasta, que considera inconstitucional las resoluciones que autorizaron el aumento de la extracción, transporte, acopio y embarque de concentrados de Minera Sierra Gorda, a través del puerto de Antofagasta, que fue acogido exitosamente.
Las autoridades han seguido aprobando proyectos sin los estudios de impacto ambiental necesarios ni la consulta a la ciudadanía. Por su parte, se ha podido ver que el Colegio Médico, desde hace un tiempo, ha intervenido para hacerle saber a las autoridades sobre la importancia de cuidar el medio ambiente.
Se comprende que los beneficios de la gran minería son muy importantes, pero no es aceptable que se continúe sacrificando zonas habitadas. Mientras no se demuestre que estos proyectos no son dañinos para la comunidad, deben hacerse lejos del radio urbano para evitar el riesgo y el daño para las personas.De esta forma, las autoridades deben invertir en una gestión más sostenible y responsable, con consideraciones éticas y medioambientales para resguardar el futuro de las generaciones posteriores.
Referencias:
Tapia, P.; Dorador, C.; Valdés, J.; Tchernitchin, A. y Orrego, R.(2018).Contaminación en el centro de Antofagasta II: una profundización necesaria. CIPER Chile.
Cárdenas, A.(2014). El enemigo silencioso de Antofagasta. Mundo Médico.
https://www.savalnet.cl/mundo-medico/reportajes/el-enemigo-silencioso-de-antofagasta.html
Terram.(2016). Altos índices de plomo en niños de Antofagasta es repudiado por Colegio Médico.
Vergara, F. y Mejía, A. (2018). Puerto de Antofagasta: Un dispositivo urbano que intoxica. CIPER Chile.
https://www.ciperchile.cl/2018/06/18/puerto-de-antofagasta-un-dispositivo-urbano-que-intoxica/
Cortés, V. (2015). El conflicto por la contaminación por plomo en Antofagasta 1986-2003.
Los Acopios de Plomo en Antofagasta han sido una problemática medioambiental, sanitaria, humana y socioeconómica que ha ya se ha ido arrastrando por 34 años. Las incesantes quejas de los pueblerinos cercanos al epicentro contaminante junto a los exhaustivos estudios y reclamos por parte del Colegio Médico de Chile se han ido opacando cada vez más por la negligente y tardía fiscalización medioambiental de los proyectos mineros por parte de las instituciones gubernamentales que persisten hasta el día de hoy. La Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) (2020) formuló tres cargos, dos graves y uno leve, contra Puerto de Mejillones S.A., por el proyecto ubicado en el sector industrial de la comuna del mismo nombre, donde realiza labores de carga, descarga y transferencia de graneles líquidos y sólidos. En donde ocurrió un derrame de concentrado de plomo como consecuencia del incidente medioambiental ocurrido el 5 de marzo del presente año. Los dos cargos clasificados como graves son por la falla en la correa de embarque de concentrados de plomo y, por el incumplimiento de las medidas destinadas a la responsabilización de los impactos al medio ambiente marino de los que dan cuenta los Planes de Vigilancia Ambiental (PVA). Finalmente el cargo leve se refiere a la implementación incompleta del Plan de Contingencia, es decir, que la empresa no determinó la magnitud del derrame de concentrado de plomo al informe final a la SMA. Esto evidencia claramente la ineficiencia por parte de las instituciones medioambientales que esperan hasta que una catástrofe de mayor impacto medioambiental ocurra para intervenir legalmente y aplicar las sanciones o fiscalizaciones correspondientes que tuvieron que realizar desde el inicio del proyecto minero; inclusive antes de su desarrollo. Antofagasta no es sólo una fuente rica de minerales, sino que también una fuerte actividad pesquera que es amenazada por una incontrolada pescadería industrial junto a derrames de diversos concentrados de metales pesados (cobre y/o cadmio y/o plomo y/o zinc y/o arsénico), siendo todas sustancias cancerígenas que amenazan con la salud de los consumidores y a la pescadería artesanal, que es uno de los oficios más empleados por la gran mayoría de los ciudadanos portuarios de la región (Neira, 2020). Antofagasta, en donde la productividad es más importante que la calidad y vida humana.