La escultura “El beso” del gran Auguste Rodin, está ubicada en el Museo Rodin en París, Francia. “Le Baiser”, como es traducida al francés, tiene múltiples significados, dado los distintos focos de análisis a los que ha sido objeto de estudio y de interpretación. Indagando en la inspiración de la creación de la escultura, se puede señalar que fue creada en la década de 1880, inspirada en la Divina Comedia de Dante, específicamente, en el canto quinto del Infierno, en el segundo círculo: el de la Lujuria, así la representación inicial de la obra se remonta a la pareja de los dos personajes emblemáticos de esta historia, Paolo y Francesca. No obstante, Rodin decide convertirla en una obra autónoma, dando origen a “El Beso” . (Bolaño, 2016)
En base a esta figura puedo apreciar que “El beso” emite una topada íntima, me transmite una singularidad de intimacidad, a través del encuentro de dos almas. Por lo tanto, entenderemos por “El Beso” a la manifestación de afecto verbalizada en una escena íntima, que según Blati (2021), Rodin utiliza dos conceptos clave dentro de su escultura: la desnudez y el beso;. por su parte, la desnudez se puede entender como un concepto erótico, libre, prohibido; mientras que el beso en sí como acto, se puede interpretar como la manifestcaión profunda de un sentimiento, íntimo y cariñoso. No obstante, la mezcla entre ambos genera una mirada lujuriosa, apasionada, y a la vez íntima dada la postura en que los cuerpos están tallados en una escultura.
El Beso, la mayor expresión plástica, extensamente estudiada en su lenguaje corporal con efecto “carneviva”, canaliza expresiones emocionales, para manifestar la interacción de las muestras de afecto, de manera que el comportamiento kinésico transmite una impresión de firmeza en las técnicas de relajamiento y dominio del cuerpo. Una vez más cobra valor la propia norma y justificación de Rodin: “el arte no existe sin vida”. La figura masculina, más robusta, presenta una actitud serena, protectora (la mano sobre la pierna de la mujer); mientras que la mujer se curva y abraza con pasión, de forma vulnerable. Hay un gran dinamismo en la composición que subraya lo apasionado de la escena, su vital dramatismo. Es una pieza grande y sus figuras rebosan poderío y fuerza física, lo que las hace más monumentales y espectaculares. (Núñez, 2014)
Es apreciable ese naturalismo tan típico de Rodin juntos a determinados rasgos propios de otro artista al cual admiraba, Miguel Ángel. Referente al tema de la composición, El beso, se trata de una escultura exenta que muestra a los dos amantes de cuerpo entero sobre una forma rugosa, lo que permite de esa manera contemplarla desde todos los ángulos y diferentes puntos de vista y encontrar así en ella multitud de detalles. Y ya entrando en temas más profundos, vemos como el artista para llevar a cabo la realización de El beso, sorprendido quizás por la fugacidad del momento, decide capturar ese instante tan fugaz como efímero, como lo es un beso. Además, la expresividad de sus gestos es meramente suficiente como para que una simple parte del cuerpo humano sea capaz de transmitir el placer que quiso reflejar con ellos.
Blati, B. (2021). El beso de Rodin. Las partes del arte. http://laspartesdelarte.com/el-beso-de-rodin/
Bolaño, E. (2016). El beso. HA! https://historia-arte.com/obras/el-beso-de-rodin
Arte & Subasta. (s.f.) El beso de Auguste Rodin. Un comentario crítico. https://www.artesubastas.es/el-beso-auguste-rodin/
Núñez, M. (2014). Auguste Rodin, el carácter específico de su proceso configurativo. Revista de Estudos do Departamento de Historia da Arte, núm. 13, pp. 101-117. https://www.redalyc.org/pdf/653/65342954006.pdf