HidroAysén: catalizador de conflictos ambientales.


Maximiliano González.

El Proyecto presentado en el año 2005 ha generado controversia frente a la elección de atender la crisis económica o la contaminación.

El megaproyecto contempla cinco hidroeléctricas ubicadas en la región de Aysén, constituyéndose en uno de los proyectos de mayor envergadura energética nacional. Su inversión se estima en alrededor de US $3.200 millones con una envergadura aproximada de 21% de la demanda del Sistema Interconectado Central (SIC). Este  complejo tiene una potencia instalada de 2.750 MW y una capacidad de 18.430 GWh de energía media anual. Su construcción contempla la transmisión de energía desde la región de Aysén hasta Santiago, sin embargo por la magnitud de este proyecto y el impacto medio ambiental que produciría a la región, vecinos y algunos partidos políticos generaron una fuerte oposición a su construcción hasta el día de hoy.

El proyecto fue inicialmente aprobado el 9 de mayo de 2011 por autoridades del Gobierno de Sebastián Piñera. La decisión fue tomada por 11 consejeros, de los cuales 10 fueron votos a favor y sólo 1 fue abstención. Dicha decisión fue repudiada por un elevado porcentaje de la ciudadanía chilena. Diversas huelgas se desarrollaron en todo el país luego de conocerse la noticia. Provocando que los principales detractores iniciaran acciones legales en contra del proyecto, y masificaran las protestas organizadas. Toda la planificación del proyecto no estuvo exenta de una fuerte crítica por parte de los sectores ambientalistas, así como de habitantes de la Región de Aysén y de todo el resto de Chile. En abril de 2011, el proyecto HidroAysén ya contaba con un rechazo creciente del 61% por parte de la ciudadanía, a pesar de la enorme campaña publicitaria que han realizado los responsables del proyecto.El 4 de abril de 2012 la Corte Suprema de Chile falló a favor del proyecto de centrales hidroeléctricas, desestimando los recursos presentados por grupos ambientalistas.No obstante, aún faltaba que se aprobase la segunda parte del Proyecto HidroAysén, que contemplaba un tendido eléctrico para transportar la energía generada por las centrales hacia los principales centros de consumo. La empresa anunció que este sería sometido a evaluación ambiental a fines del año 2012, aunque en mayo de ese año, Colbún S.A. solicitó la suspensión de dicha tramitación aduciendo la falta de un marco adecuado para proyectos energéticos de tal envergadura. Gracias al movimiento patagonia sin represas hizo concientizar a las personas que este este proyecto era una mala idea haciendo que el porcentaje de rechazo aumentara aun 74%. El perjuicio del proyecto permitió que se consideraran consecuencias como: Inundación de 5900 hectáreas de reservas naturales, y movilizaría alrededor de 5000 trabajadores, nacionales o extranjeros. Para interconectar las distintas represas con el Sistema Interconectado Central (SIC), también  se hubiera requerido de 3000 km de extensión de tendido eléctrico así causando un gran impacto visual para la ciudadanía. Además, podría afectar a 6 parques nacionales, 11 reservas nacionales, 26 sitios prioritarios de conservación, 16 humedales y 32 áreas protegidas privadas. Además, parte de la muralla de la central Baker 2 pasaría por las afueras del Parque Nacional Laguna San Rafael, encauzando el río Baker y por tanto provocando daños ambientales irreversibles. Por otro lado, desde la perspectiva social, se verían intervenidas 6 comunidades mapuche, cuatro de las comunas de Toltén, una de Lautaro y otra de Victoria. Frente a lo anterior, este proyecto cae por fin el 17 de noviembre del año 2017. 

Luego de esto se crean distintas visiones que hacen el problema de Hidroaysén. La gente que está en contra de este proyecto son fuertemente criticados por quienes están a favor, etiquetándolos como egoístas ya que velan solo por el beneficio de unos pocos, dejándose  influenciar por Douglas Tompkins  ya que la forma de pensar y actuar es la misma. Y la gente que está a favor de este proyecto es porque creen que el proyecto es bueno o por un beneficio económico . Los rivales catalogan a estas personas con una mentalidad  cortoplacista ya que se guían en la idea de un beneficio inmediato dejando de lado el impacto ambiental de este proyecto (Astorga 2013).  

En el corto plazo, si no llueve lo suficiente, hay un riesgo de escasez de energía en el SIC, problema con el que las autoridades competentes les corresponde lidiar con la urgencia necesaria. Sin embargo, la primera central de HidroAysén, Baker 1 (660 MW), entraría en operación, en el escenario más expedito, “más allá de 2023”. En suma, no hay crisis de generación en el largo plazo y, en el corto plazo, HidroAysén no puede ser parte de la solución. Como conclusión es sabido los beneficios y expectativas de vida del ecosistema de Aysén tras este proyecto. Debemos pensar y privilegiar qué recursos naturales heredaremos a nuestros hijos en un futuro medianamente cercano, ¿qué pasará con la vida y fauna dentro de esa biodiversidad y seres humanos?. Este planeta es nuestro hogar y si lo destruimos también lo haremos con las futuras generaciones. Hay que detenerse a pensar…que el dinero y progreso económico no es todo ni lo más importante….

Estimado lector concluya usted, ¿cuál será el futuro ambiental, económico y social de nuestro país? ¿Sería conveniente o no este proyecto hidroeléctrico Vs medio ambiente?

Referencias:

Romero, H. (2014). Ecología política y represas: elementos para el análisis del Proyecto HidroAysén en la Patagonia chilena. Revista de geografía Norte Grande, 57, p.p. 161-175. https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-34022014000100011#n1