La última cena: Las adversidades en función de los factores externos


Nombre: La última cena
Autor: Leonardo da Vinci
Fecha: 1495 – 1498
Estilo: Renacimiento
Técnica: Temple y óleo sobre yeso
Localización: Santa María delle Grazie, Milán, Italia.
«La última cena” es una pintura mural hecha por Leonardo Da Vinci, comenzada entre los años 1495 y 1496 y finalizada en 1498. Se encuentra localizada en el refectorio del convento de Santa María delle Grazie en Milán, Italia. El pintor por medio de esta obra muestra una estudiada representación de la reacción de los apóstoles ante el momento exacto en que Jesús anuncia que será traicionado por uno de ellos. La pintura se encuentra regida por un fuerte rigor geométrico puesto al servicio del tema y su lectura. Parte de una simetría marcada por Cristo como eje y a sus lados los apóstoles se ordenan en cuatro grupos de tres personajes; mientras a la izquierda de Cristo los apóstoles más cercanos retroceden, este movimiento se contrapone y anula con los de la derecha, que avanzan. El mismo efecto, aunque suavizado por la distancia, se opera en los grupos exteriores, quedando de esta manera Cristo como el centro. El autor realizó distintos estudios fisionómicos en el cual efectuó distintos dibujos y escritos para poder representar los rostros y movimiento de las cabezas de los discípulos. Con respecto a la técnica, la rapidez e imposibilidad de retoques que tenía la tradicional técnica al fresco, utilizada habitualmente para este tipo de trabajos, hizo que Leonardo buscará nuevas formas que le permitiera un trabajo más tranquilo y con posibilidad de reformas. En relación a la técnica utilizada por Da Vinci, sobre una preparación en el muro, consistía en hacer sus trazos al óleo con témpera. También la imprimitura consistía en dos capas de yeso pulido, por lo tanto trató de que la humedad no afectará sin embargo no se logró y como consecuencia provocó el pronto deterioro de la pintura. Debido a todos estos daños tempranos de la obra, se hicieron varias restauraciones que hoy en día prácticamente no dejan ver los trazos originales de Leonardo. La última cena es considerada como una de las más importantes, estudiadas, elogiadas y copiadas (también en mármol, cera y terracota) obras maestras de los últimos 500 años por todos los detalles que ésta posee.
Leonardo da Vinci nació en la localidad de Anchiano de Vinci, cercana a Florencia, Italia, el 15 de abril de 1452. Durante su vida exploró diversas áreas como botánica, pintura, escultura, mecánica, medicina, etc. Trabajó para grandes mecenas como Ludovico Sforza, Giuliano de Médicis y Francisco I. Falleció el 2 de mayo de 1519 en Francia, a la edad de 67 años. Si bien hoy en día, Leonardo es reconocido mundialmente por sus inventos, escritos y obras como la Mona Lisa, en sus tiempos fue La Última Cena la obra que mejoró casi inmediatamente su reputación, convirtiéndose en uno de los pintores más aclamados de Europa, y su obra se convirtió en uno de los más famosos del continente inmediatamente. Incluso, el historiador canadiense Ross King, interesado profundamente en el mural, publicó el libro titulado “Leonardo y la última cena” en el que clasifica a Da Vinci como “máximo hombre del renacimiento”.
Al centrarnos en la técnica utilizada por Da Vinci y que al paso de los años la pintura comenzó a desprenderse, se puede decir que usó una desfavorable combinación de técnicas junto con el material del lienzo sobre el cual trabajó, y las características del entorno. Al pintar con temple y óleo sobre yeso, y no sobre tela -que es como tradicionalmente gran parte de las pinturas se llevan a cabo- la obra se vio altamente perjudicada, ya que la pintura se comenzó a desprender de la superficie a partir de solo unos pocos años después de que fuera terminada la obra. Además, el mural se pintó cerca de una cocina, por lo que, probablemente, el vapor hizo que se deteriorara aún más, y al sumarle el ambiente húmedo de la localidad, la descascaración de la pintura comenzó a ceder prontamente. También debido a las condiciones ambientales, las consiguientes restauraciones realizadas no mejoraron la situación del mural, sino que lo deterioraron aún más. Frente a lo anterior, es necesario considerar que probablemente influyeran en su deterioro:
la aparición de agentes biológicos. La humedad incide directamente en las obras de arte degradándola y siendo y siendo factor complementario para otras alteraciones. La humedad relativa provoca cambios químicos como la corrosión, la hidrólisis (descomposición del material como la celulosa). (Navarrete, 2017, p. 49).
Considerando todas las restauraciones que se le aplicaron, hoy en día solamente se pueden lograr apreciar un 25%, o menos, de los trazos originales de Leonardo. Al ser una de las obras más conocidas de Leonardo, esto da paso para propiciar una gran cantidad de comentarios y opiniones, tanto positivos como negativos. Sin embargo, desde nuestro punto de vista, a pesar de ser una pintura que se vio con muchas dificultades de permanecer hasta el día de hoy, continúa en el tiempo siendo increíblemente famosa, incluso más que en ese entonces. Además, vemos que esta obra es diferente a las demás, ya que el autor quiso representar el momento exacto de una situación de gran importancia en la Biblia, que es cuando Jesús anuncia que alguno de sus apóstoles lo traicionaría. Lo que hace esta pintura distinta a las demás -las realizadas por Jaime Serra en 1370, Dirk Bouts en 1467, Jacopo Tintoretto en 1592, entre otras-, es que las otras obras muestran “la última cena” durante la comida: con calma y en armonía, a diferencia de la de Da Vinci, donde muestra un ambiente más de duda y sorpresa, al anunciar una inminente traición.
Leonardo introduce por primera vez en el arte de este tipo un gran dramatismo y tensión entre los personajes, cosa nada habitual. Eso no le impide lograr que la composición goce de gran armonía, serenidad y equilibrio, con lo que preserva los valores estéticos del Renacimiento. (Imaginario, s.f., párr. 4.)
La obra en sí es muy interesante de ver y de estudiar, por su singularidad y mensaje que transmite. Por lo que extendemos la invitación a todo tipo de público, para que puedan apreciar, valorar y estudiar esta gran obra. De esta forma, cada uno podrá darle su propio significado según lo que esta pintura le llegue a transmitir.
Referencias Bibliográficas:
- Arte Historia. (2020). La última cena: cuadros y pintores. Arte Historia.
https://arte-historia.com/la-ultima-cena-cuadros-y-pintores/
- Bladé, R. (2017). Leonardo da Vinci y su castigada última cena. La Vanguardia.
- Bravo, J. (2018). La última cena, Leonardo Da Vinci. El mercurio.
http://infografias.elmercurio.com/20190512-AYL-laultimacena/
- Camarasa, V. (2020). Leonardo Da Vinci: La última cena. Análisis y comentario. Palios wordpress.
- Imaginario, A. (s.f). La última cena de Leonardo Da Vinci. Cultura genial.
https://www.culturagenial.com/es/cuadro-la-ultima-cena-de-leonardo-da-vinci/
- La Vanguardia. (2018). La última cena, la obra maestra de Da Vinci que ha sobrevivido a todo tipo de peligros. Cultura, Arte.
- Navarrete, A. (2017). Análisis sobre las principales causas del deterioro de la retablística. Universidad de Sevilla.
One thought on “La última cena: Las adversidades en función de los factores externos”
Responder a Florencia Aravena Cancelar la respuestaError thrown
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La reseña nos aporta la historia de la curiosa odisea que debió atravesar una de las obras maestras más famosas de la historia para llegar hasta nuestros días. Es sorprendente para el lector que, considerando la degradación que sufrió desde el principio, este patrimonio de la humanidad haya sobrevivido en un (relativamente) buen estado, aunque no deja de ser una lástima que los trazos originales de Da Vinci se perdieran a lo largo de los siglos. Una información importante es que desde la última restauración en 1999, se han tomado medidas para evitar que la degradación siga avanzando, como controlar la cantidad de visitantes para evitar un aumento de la humedad y el monitoreo de otros parámetros ambientales.