Desde hace casi una década se han impulsado iniciativas que buscan proteger los glaciares, sin embargo ninguna de ellas se ha llegado a implementar. Es momento de que se tomen medidas que busquen la protección de los glaciares en lugar de los intereses de privados, sobre todo en un contexto de cambio climático, cuando la disponibilidad de un recurso limitado como el agua se reduce críticamente.

Más allá del mediático caso de la minera canadiense Barrick Gold y su proyecto Pascua Lama ubicado en el norte de Chile (y Argentina), han habido otras ocasiones, que datan desde 1980, en las que se ha privilegiado la extracción de recursos minerales por sobre una reserva de agua dulce. De esta forma, se pueden mencionar algunas de esas oportunidades; los proyectos de Los Pelambres (Antofagasta Minerals), División Andina (Codelco) y la Mina Los Bronces (Anglo American). (Larraín, 2020)

Con motivo de llegar a un acuerdo para la protección del medio ambiente, en 2005 diversas organizaciones ecologistas se reunieron con quien entonces era candidata a la presidencia, Michelle Bachelet, para brindar su apoyo a cambio de un compromiso. Este consistía en que la candidata, si llegaba a ser presidenta, seguiría un listado de medidas para su protección elaborado por los activistas, entre las cuales se encontraba una solicitud de protección de los glaciares (Larraín, 2020). Finalmente, las medidas no se llegaron a ejecutar y el intento del 2005 sería solo el primero de una sucesión de seis propuestas fallidas en favor de los glaciares, provenientes  de distintos sectores políticos.

Como resultado de lo anterior, todavía seguimos a la espera de una legislación que proteja a las reservas de agua dulce que son cada vez más importantes, sobre todo en las épocas de verano y otoño (Banco Mundial, 2021). Las consecuencias del cambio climático en la disponibilidad del recurso hídrico ya se viven como una sequía que se viene prolongando desde el 2010 en las  zonas norte y centro de Chile (Banco Mundial, 2021). En un futuro incierto donde el agua dulce escaseará en todo el mundo, debemos estar preparados y ser capaces de proteger uno de nuestros recursos más valiosos para el desarrollo a mediano y  largo plazo. (Banco Mundial, 2019)

Especialmente, América Latina será una de las regiones en el mundo más vulnerables al déficit de agua dulce para consumo humano (Banco Mundial, 2015). Después de años de burocracia el tiempo para actuar se reduce drásticamente, por lo que cada vez es más urgente la instauración de medidas inmediatas y eficientes para la protección de los glaciares.